martes, 17 de noviembre de 2009


Amanece y tu cuerpo está junto al mio,
te escucho respirar tus sueños,
la suave brisa que me acaricia con tus suspiros.
Se llena todo de claros destellos,
la mañana se despierta con mil trinos
mientras yo te contemplo en silencio.
A solas tú y yo, yo contigo y nuestro destino,
y sobre nosotros una vida pintada de azul cielo.
No quiero romper este momento íntimo,
de quietud y de amores que se conjugan eternos,
dos cuerpos abrazados desde nosotros al infinito.